sábado, 31 de mayo de 2008

El flechazo


Miré el reloj porque ya me sentía un poco agotado. Tenía ganas de llegar a casa, despojarme de la ropa y pegarme una ducha reconfortante, hoy realmente la necesitaba.
El mal tiempo (había llovido casi todo el día), no impidió que hiciera unas cuantas carreras, 39, para ser más exactos, con lo que podía darme por satisfecho.
Comprobé que eran las 19:30 h..."Bien!! Solo me queda media hora para ir a disfrutar de mi ducha".

Estaba empezando a anochecer y aunque había dejado de llover, todo estaba mojado, se sentía la humedad. Acababa de dejar a un cliente y me dirigía hacia mi plaza, pensando en la gente que había pasado hoy por mi taxi. Siempre lo hacía al finalizar el día, siempre enumero mentalmente la cantidad de "frikis" con la que me había topado, porque verdaderamente hay gente muy extraña por el mundo....hoy podía destacar del resto a una señora de unos 50 años, gruesa, con un abrigo de piel de .....guepardo?, maquillada como una puerta y enjoyada hasta las orejas (todo goldfield, si acaso), que no paró de narrarme su tarde: había cantado tres líneas y un bingo y podía haber resultado mejor si no hubiese sido por un señor que no lo entendía pero no había parado de ganar en toda la tarde. O el señor calvo, bajito, vestido con un traje que aunque parecía bueno, no le sentaba bien...no paró de secarse el sudor con su pañuelo, y de hablar por el móvil...parecía que las cosas en el trabajo no le iban bien, debía de ocupar un puesto relevante y a pesar de lo poquita cosa que era, tenía una mala ostia!! no paró de lanzarle improperios a un tal Alberto: que si en el momento que él faltaba era todo un desmadre, que cuando llegase ya hablarían, que si patatín que si patatán....un prepotente, vamos, y un mal educado. Tambien recordé al par de gays que no pararon de achucharse durante todo el trayecto. Se besaban y tocaban, diciendose tonterías, del orden de: "estás muy guapo hoy, cari, estos pantalones te hacen un culito increíble" o "amor, esta semana iré a la pelu de la Juli para que me corte el pelo en plan fashion fashion, necesito un cambio". Vamos que me estaba empezando a poner un poco malo, sobre todo de escucharlos....no tengo nada en contra de los gays, pero he de reconocer que hay "locas" que me cargan un poco.

Ensimismado en mis pensamientos, me dí cuenta de que alguien llamaba mi atención, necesitaba un taxi...era ella. La recogí en la calle San Bartolomé, cerca de Vazquez de Mella. En cuanto entró, inundó el taxi con su olor, un olor dulce por su perfume (caro, por supuesto), mezclado con su olor, olor a ella. Tendría unos 35. Llevaba una gabardina roja, pantalones vaqueros y zapato de medio tacón. El pelo largo y moreno, lo llevaba recogido de manera informal....Aún así se le veía con cierta clase, con cierta elegancia,.....estaba impresionante.

- Por favor, a la calle Lope de Vega.

Puse el taxímetro y comencé el trayecto, disfrutando de aquella fragancia que desprendía. No pude evitar fijarme en ella a través del espejo retrovisor...tenía unos ojos cautivadores, verdes, muy expresivos...tanto que lo que me transmitieron fue desilusión, decepción.

- Vaya día de perros, a ver si mejora porque llevamos una semanita... - dije, intentando iniciar una conversación.

- Sí... a ver si mejora - respondió educada pero quedamente. Por su respuesta y su actitud, capté rápidamente que no tenía ganas de hablar. Por lo que no insistí en hacer comentarios absurdos. Simplemente me limité a observarla. Permanecía mirando por la ventanilla, sin fijarse en nada, pensando en lo que le preocupaba. Por un instante, apoyo su cabeza en el cristal, como derrotada....había algo que le hacía estar así, y mi experiencia más mis cinco años en psicología (sí, he terminado la carrera pero tengo un taxi...qué pasa?), me indicaron que estaba así por amor.....o mejor dicho, por desamor.

Decidí que iba a rodear, no sé, sentí que necesitaba estar todo el tiempo posible con ella, junto a ella...continué mirandola. Advertí que una lágrima asomaba en su cara.

- ¿Se encuentra bien? - pregunté deseando que me contestara.......quería ayudarla.

- Sí, no se preocupe - contestó limpiandose la cara avergonzada. Bajó su mirada hacia el suelo y me apeteció besarla......qué hermosa era.

No pude demorar más el trayecto, con lo que muy a mi pesar llegué a Lope de Vega.

- ¿Cúanto le debo?

- Nada......solo una sonrisa- me salió de repente.

Ella sonrió, me miró agradecida y se marchó sonriente. Me quedé mirando cómo se alejaba, satisfecho de haber conseguido sacarle esa sonrisa. Hubiera deseado quedarme para descubrir donde iba, pero me pareció un descaro. Así que arranqué.

Nunca he creído en los flechazos, pero ese día lo experimenté.....con ella. Y no sabía ni su nombre. Hace casi un año de esto y no la he vuelto a ver...y aún es el día de hoy que la busco, y la confundo con alguna chica.

Todos los días me levanto con la esperanza de que el azar la ponga de nuevo en mi camino.....si así fuese, estoy seguro de que no la dejaría escapar....


4 comentarios:

Fabián Aimar (faBio) dijo...

Hola
buena narración... resulta atractivo e inquietante esos flashes de los flechazos... será por todo lo que construimos luego mentalmente alrededor de ellos?
un saludo ;)

ALEXANA dijo...

Tienes razón, Fabio, entiendo que un flechazo es la atracción física que se siente por una persona cuando la ves por primera vez. Cuando eso se vuelve obsesión, queremos creer que es enamoramiento, pero pienso que mucho tiene que ver la película que te montas alrededor de esa persona.
Qué bueno que vinistes!! ;)
Besitos.

AndC dijo...

ella... ¿no es odioso cuando la pierdes?
Sí, muchas veces es lo que nos montamos al rededor, toda una película... no hubo tiempo de discusiones... sólo de magia... pero creo que esa magia es suficiente como para querer concerla toda ella... ella con todos sus defectos... pero ella

ALEXANA dijo...

Andrés C: si conoces a alguien y sientes esa magia, inténtalo...conócela, el no ya lo tienes. Es mejor que arrepentirte de no haberlo intentado.
Un saludo.