martes, 20 de enero de 2009

APASIONA-DOS

Contaban los minutos que faltaban para el encuentro. La tensión los intranquilizaba, necesitaban el uno del otro. Pero el momento llegó.
Se miraron y de repente se impregnaron de templanza. El resto del mundo había quedado en un segundo plano para ellos. Sus labios se rozaron, cariñosos, dulces. Aquel abrazo cálido dejó paso a unas caricias, suaves, lentas, muy sentidas. Y la piel comenzó a sentir las ansias del otro. Sus lenguas juguetonas se buscaban. Pulsos que se aceleran, respiraciones agitadas, manos imparables...
Se convirtieron en dos locos furtivos en aquel cuarto.
Él generoso, enorme, desbocado....Ella provocadora, serena, entregada.
El tiempo se paró y disfrutaron el uno del otro como nunca lo habían hecho.
Se necesitaban tanto que no pararon hasta que sus cuerpos extasiados pidieron un descanso.
Una sonrisa se perfilaba en sus caras...estaban seguros de que había sido la mejor demostración de amor que se habían hecho nunca.

viernes, 9 de enero de 2009

¡DANGER! REBAJAS

Solo deseaba que el trámite, el trueque, el cambio..., durase el menor tiempo posible. Después de un día largo y "postvacacional" de trabajo, lo que menos me apetecía era mezclarme con aquella muchedumbre. Y es que hay gente que lo vive y lo disfruta tanto, que incluso días antes ya empiezan a sentir ciertos síntomas: ansiedad, irritación, insomnio...y solo consiguen calmarlos con la llegada del día R (de las Rebajas). A mí me ocurre lo mismo pero a la inversa: me agobio solo con pensar que tengo que lidiar con todo eso.
En este caso, no me quedó otra. Cuando te regalan una prenda y no te sirve, una de dos: o te quedas con ella para quedar bien con la persona que te la regaló y no te la pones en la vida y al final la terminas regalando; o decides ser valiente e introducirte en el "Abobinable Mundo de las Rebajas".
En mi caso, decidí echarle ovarios así que me planté frente a la entrada del establecimiento y el escenario fue desolador. Me pareció que algún encuentro bélico se había producido hacía unos minutos entre aquellos percheros y estanterías. He de reconocer que me acojoné un poco, pero entré.
Intenté dar una vuelta rápida para ver si encontraba algo que me gustase y de mi talla...me dió la risa, me esperaba una ardua tarea. La gente no paraba de revolver, las prendas estaban descolocadas, tiradas por el suelo...vamos que en los mercadillos creo que hay mucho más orden. Cuando al fin conseguí dos chaquetas aceptables, y después de temer por mi integridad física (una señora me miró con tanto deseo de que soltara una de ellas,que se le empezó a poner cara de buitre), me dirigí a los probadores y al asomarme me entró tal aprensión por la masificación que allí había que decidí agilizar y probarmelas rápidamente frente a uno de los espejos de la tienda. Mientras lo hacía unas cuantas "aves rapaces" empezaron a revolotear a mi alrededor. En cuanto solté la que no quería, dos de ellas se la quedaron disputando mientras aceleré el paso hacia la caja. Ahora era pan comido: ya solo me quedaba esperar en aquella macro-cola a que llegara mi turno. Al rato de espera ya me empezaron a dar sudores fríos...necesitaba salir de allí.
Cuando ya casi me tocaba pagar, miré el precio,
-"Vaya ojo que tengo! Justo voy a elegir la de temporada y la que no está rebajada".
Así que encima, tuve que poner pasta.
Definitivamente lo mío son las rebajas. Es más, ya estoy deseando que llegue julio...

viernes, 2 de enero de 2009

Expediente X....L?

La calle era un hervidero de gente, y todos iban con mucha prisa y en dirección contraria a la mía. Intentaba esquivarlos, pero mis pies eran como dos plomos, con lo que me costaba avanzar. Ese agobio por intentar salir de allí había generado mucha sed en mí, demasiada. Como si mis pensamientos hubiesen sido escuchados me giré y voilà! una heladería al otro lado de la calle. Desee con todas mis fuerzas un helado de fresa y quise correr para conseguirlo, así que me puse a cruzar la calle tan rápido como la gente y mis pies me dejaban. De repente, un timbre, estridente, repetitivo...me volví. Un coche se dirigía hacia mí a gran velocidad sin dejar de pitarme. Me quedé paralizada.

En ese momento, desperté. Aún con el susto en el cuerpo, descubrí que aquel timbre provenía del teléfono. Las 3 de la madrugada. Solo podía ser él.

- Dime Malder.

- ¿Cómo sabías que era yo?

- Bueno, no hace falta ser muy hábil. En los últimos años la única persona que osa interrumpir mi placentero sueño a altas horas de la madrugada eres tú, ya no sé si lo haces por trabajo o por tocarme los...

-Tranquila Escali, no te alteres, hoy a sido por trabajo....pero no me des ideas.

-Cuentame, qué ocurre?

-Han encontrado a un tipo muerto, en una casa en Cuenca. Por la descripción podría ser el gran capo Jhony Quito Nipongo. Debemos ir a comprobar.

- Mira Malder, en primer lugar todos sabemos que Cuenca no existe o ¿no te acuerdas que nos llevó todo un episodio para llegar a esa conclusión? Pero en el caso hipotético de que así fuese, la última pista que tenemos de Jhony es que se retiró a Ibiza con una cincuentona medio hippie y que su única preocupación era practicar nudismo, fumar canutos y cerrar los afters. Ya hacía tiempo que había dejado de ser peligroso. ¿Estás seguro de lo que dices o es que has estado empinando el codo?

- Que sí Escali, la información es correcta. Vistete rápido. Te espero en la tasca del Genaro. Corto y cambio.

Y colgó.

" Cada vez flipa más cuando tenemos un caso entre manos" - pensó Escali.

Pasadas unas horas, sobre las 6 de la madrugada nos encontrabamos en el lugar de los hechos. La puerta de acceso a la habitación había sido forzada por los agentes porque estaba cerrada con llave. La estancia no tenía ventanas y no había ningún tipo de mueble. El cuerpo sin vida de Jhony pendía del techo por una soga. Debajo de él, en el suelo, solamente un charco de líquido transparente.

- Está claro que él mismo se suicidó......pero, ¿cómo lo hizo si la habitación está vacía? - dijo Escali.



Creo que necesitan que alguien les eche una mano....algún voluntario?