lunes, 19 de mayo de 2008

Tarde de Domingo

El tiempo no estaba muy acorde con nuestros planes, a ratos llovía, a ratos salía el sol, pero nuestras ansias por ponernos en carretera y hacer kilómetros eran tan grandes que necesitábamos que éste nos diese una tregua. Lorenzo apretaba cuando decidimos partir, con lo que comenzamos con el ritual: enfundamos chaquetas, casco y guantes y nos montamos en las "burras" que estaban preparadas para que les sacásemos la carbonilla. Acostumbrada a subir con mi hermano que tiene una V Strom de 1.000 mucho más cómoda, en esta ocasión mi tensión era mucho mayor: iría de paquete con su amigo con el que nunca había montado y el que además posee una R (morada y negra...guapísima), que aunque es más aerodinámica, tambien es mucho más incómoda. Aún con ese par de inconvenientes, no consiguieron amedrentarme (sé de buena tinta lo prudente y lo buen piloto que es). Con lo que a los diez minutos la confianza entre ambos era plena y comenzamos a rodar cómodamente.
Es indescriptible lo que sentí esa tarde...entre la moto, nosotros y la carretera se crea tal mimetismo que no deseas que se vea alterado por nada. Esa lucha constante contra el viento que golpea tu cuerpo, esa sensación de velocidad tan atrayente, ese "rugir" de la máquina que llevas entre tus piernas....hace que simplemente te sientas LIBRE.

Solamente sentí miedo cuando me fijé en los guardarraíles...ahí fue cuando entendí perfectamente las protestas de los moteros. Es inevitable pasar muy cerca de ellos, casi rozando esa especie de cuchillos, armas de doble filo, que ante un despiste, una caída por tonta que sea, pueden llegar a destrozarte la vida. Por eso espero que se les escuche y vayan acondicionando poco a poco todas las carreteras.

Al final rodamos 150 km. tranquilos, prudentes, disfrutando en todo momento. Me cansé un poquito debido a mi falta de costumbre, pero he decir que esa tarde se convirtió en inolvidable para mí...

...tanto que estoy deseando volver a repetir la experiencia...

5 comentarios:

Amelie dijo...

Qué bonita entrada, me has hecho sentir que yo también viajaba en la moto.

Saludos.

libra dijo...

Si te gustan las motos me imagino que tuvo que ser muy excitante, a mí las motos me dan un poco de miedo, una vez tuve una experiencia similar a la tuya, pero menos kilomentros, y estaba hecha un flan...;) Saludos, me gusta tu espacio, gracias por tu visita al mio, puedes venir siempre que quieras.

ALEXANA dijo...

Amelie: lo cierto es que es indescriptible todo lo que sentí esa tarde...me alegra saber que por lo menos a ti he logrado transmitirte algo.
Libra: me encantan las motos, de hecho siempre quise tener una (aunque de momento me conformo con ir de paquete...no quiero "matar" a mi madre...jajaja). Entiendo lo de tu miedo, te gusten o no, es inevitable ir en tensión. Pero estoy segura de que nunca olvidarás ese día, a que no?
Gracias a las dos por visitarme, estan en su casa.
Besos.

NANA dijo...

A mi me dan mucho miedo las motos y por circunstancias de mi trabajo he tenido que ver muchos accidentes...por lo que sólo te pido que por favor les digas a tus amigos y a tu hermano que conduzcan con conocimiento.-
Me alegra mucho que disfrutases tanto.Un abrazo

ALEXANA dijo...

Nana: aunque no siempre se piensa, los moteros suelen ser gente prudente y en este caso, ellos los son (sino ten por seguro que no montaría con ninguno de ellos, me gusta el riesgo pero no estoy loca...).
Gracias por tus comentarios.
Besitos!